jueves, 3 de septiembre de 2009

¿Servirá tanto show?

A las 4 de la tarde de anteayer me invitaron a la proclamación de Sebastián Piñera. Mi respuesta fue “no, gracias”, aunque después me arrepentí, únicamente, porque quería ver gente llegar a una fiesta que llevaba rancheras y cumbia, donde “el que invitaba se iba a proponer como presidente”, como leí en Internet horas después.

Esa situación me hace recordar que muchas cosas dentro del sistema en que vivimos se basan en el mando de un líder y en la “aprobación” de la masa. Así es como se mantienen, entre muchas cosas, dos elementos importantes dentro de una sociedad: La religión y la política. No nos engañemos, sin enfermos no existirían los hospitales, sin la necesidad de Dios no existirían las religiones y sin la necesidad de mando no existiría la política. Por cierto hay un aspecto importantísimo que sustenta, tanto a la religión como a la política: Algunos lo llamarán ingenuidad, yo lo llamo ignorancia

Esa aprobación entre comillas no significa que a la gente le guste, o que se sienta identificada. Muchos maipucinos aprueban la llegada del metro, pero no a los que hicieron posible esta modernización. Muchos siguen siendo católicos, pero no se sienten identificados con ese "voto de pobreza" que predican los del Vaticano (en algún momento me voy a referir a mi percepción sobre el catolicísmo), sobre todo porque basta con sólo ver el la vida que viven los de la "santa sede"...

De las miles de personas que llegaron al Parque O’Higgins anteanoche, es probable que más de la mitad hayan ido solamente porque iban a estar Los Charros de Lumaco y Américo gratis, eso explica las pifias que se llevo Piñera en un momento. La gente, esa que necesita el candidato, quería el show, no al que invitaba.

No se puede asegurar que la totalidad del Movistar Arena de anoche vaya a votar por Piñera. Tampoco se puede deducir que los 65 mil que firmaron por Enríquez-Ominami lo elijan en la papeleta. No se puede asumir que una proclamación popular vaya a conseguir los votos de las clases más representativas del país, las cuales asumen que esa “coalición por el cambio” no va a cambiar sus ni sus realidades… ni sus futuros.

Lo que sí se puede afirmar es que sobre 10 mil personas fueron el 2 de septiembre a ver a Los Charros de Lumaco y a Américo. Entraron gratis, y dentro de todo el espectáculo "alguien se ofreció para ser presidente de Chile"

0 personas han opinado... animese usted, y opine: